Como si se tratase de un cuento de hadas, hay artesanos que trabajan en talleres y crean piezas mágicas que son trasladadas del papel a la tela de una forma espectacular y digna de admiración.
Les petites mains o "las manitas" (en español), son los artesanos que le dan forma a las prendas de alta costura, con gran destreza y que gozan de un gran respeto dentro o fuera de Francia.
Estos artesanos hacen cada prenda y cada detalle a mano. En sus labores se dividen en dos categorías: sastrería y flou (especialistas en trabajar con tejidos suaves). Ellos trabajan de la mano con los directores creativos de cada casa y los orientan según su experticia en la elaboración de cada prenda.
Es esta parte del trabajo manual lo que explica por qué las prendas de alta costura tienen precios astronómicos, pero el número de artesanos está disminuyendo, el mercado de la alta costura se está contrayendo y los artesanos están muriendo.
En la década de 1920, había unos 10.000 bordadores franceses, la población se ha reducido a unos 200. Actualmente solo hay alrededor de 2.200 petites mains trabajando en las 41 casas con el reconocimiento de Chambre Syndicale de la Haute Couture.
Dice Drexler en su canción Movimiento: “Si quieres que algo se muera, déjalo quieto” eso es lo que hace la alta costura con las tradiciones artesanales de Europa, no dejarlas morir y solo puedo pensar ¿Si replicamos este ejemplo en Latinoamérica?
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